Sueños de cristal rotos por el frío.

Eres como el silencio prohibido que se rompía con el sonido de las olas.

Muchas noches soñé con que tú volvías, pero volvías a mi lado. Desde el punto más remoto de la Tierra, tú venías en uno de esos vuelos exprés y te plantabas delante de mi portal, con esa vieja maleta verde que solías llevar al confín del mundo y tu pelo alborotado de siempre. 

La verdad es que es cierto, te eché de menos cada vez que miraba al otro lado de la cama y no te veía ahí. Con tu cara de recién levantado, con esa sonrisa dormida y un "Buenos días preciosa" seguido de ese beso mágico, que sabía a día nuevo, a ilusión y esperanza. 

Te eché de menos cuando me dí cuenta de que  no tenía a quién prepararle el café, ni quién me untase las tostadas. 

Te eché de menos en cada noche fría y solitaria, en cada momento de bajón que arreglabas con un abrazo y una tarde de palomitas. 

Te extraño cada vez que mi risa suena vacía y estruendosa en esta enorme casa deshabitada sin ti. 

Recuerdo una noche en la que soñé que volvías a mi lado, a regalarme miradas llenas de vida, momentos memorables y una vida feliz.

Hoy han llamado a la puerta. Un sutil golpe la ha aporreado. No eras tú. Nunca volverías. Ese día decidiste marcharte con un "volveré pronto, te quiero." Pero nunca volviste. 

El silencio roto por mis lágrimas, por tu culpa. Porque decidiste abandonarme y no luchar. Porque no fuiste más fuerte de lo que me dijiste. Porque fue todo rápido y sin vuelta atrás. 

Te fuiste allí de donde es imposible volver, con tu maleta verde en una mano, tu pelo alborotado y tu sonrisa de "Sé feliz, por mi. Vive." 

Hoy, se enfría el café.

¿Preguntas? Respondo.

Llegas a un punto en el que no hay retorno. Giras la cabeza con la esperanza de encontrar alguna cara conocida que te socorra. Nadie. 
Piensas en el momento en el que te quedaste solo y lo recuerdas. Aquella tarde en la que decidiste ser un completo capullo y no te importo a quien o que te llevases por delante.
Puedes buscarme entre la multitud. Yo siempre cumplo mis promesas y cuando dije que estaría ahí para decirte "te lo dije" hablaba en serio.
No haré que te tragues tus palabras, tú solo te has atragantado con ellas. Lo peor es que sabes que tengo razón y te jode reconocer que soy mejor persona que tú.
No te preocupes, estaré cerca para susurrarte un "ya te avise".

Mil palabras.

¿Alguna vez has echado de menos algo que nunca has tenido pero que siempre has querido? Eso siento yo ahora.
Un enorme vacío en el pecho que no consigo llenar. Desde que se fue sin más, siento que esa luz en mis ojos ha ido desapareciendo poco a poco.
Ahora me siento sola, sin ganas de seguir y con miles de razones que me obligan a continuar. Sé que no soy lo que era, pero también sé que mi esencia no desaparecerá a donde quiera que vaya.
Lo siento, ya no se pensar por mi misma, ahora necesito tu ayuda. Él se ha ido y sé que no volverá. La verdad, no se si estoy preparada para que mi burbuja explote y tenga que enfrentarme al mundo real.
Todo surge de un pensamiento, de una palabra. Empiezo con algo y acabo con todo lo contrario. Pero no puedo hacer nada al respecto.
Otro verano se va y no ha pasado nada. No se que espero, no todo surge como las palabras en mi cabeza. Nada es como esos sueños que deseo cumplir. 
Estúpido fantasma que no me abandona. Estúpida cordura que no aparece. 
¿Nunca has sentido que echas de menos algo que nunca has tenido pero que siempre has querido?

Demasiado pronto para decir adiós.

Puede que me equivoque, que la cague, que llegue tarde a muchos sitios. Puede que sea tan orgullosa como para no llamarte hasta que tú lo hagas. Puede que no soporte a esa chica que va detrás de tu culo todo el día. Puede que no me guste quedar para ver tus partidos o que me fastidie que no quieras acompañarme a ver una estúpida película de amor.
Puede que te diga que no me importa cuando me muero por saberlo. Puede que te grite y te insulte cuando lo que más deseo es besarte. Puede que muchos "no" sean el principio de un "quizás". Puede que no me guste llamar la atención cuando vamos por la calle cogidos de la mano, y cuando estamos solos sea un verdadero incordio.
Sí, puede que en algunos momentos llegue a ser estúpida, cursi o la más celosa del mundo. También puede que tengas razón cuando dices que cambio de opinión cada dos por tres. Puede que haya veces que pienses que no merece la pena todo lo que hemos construido durante tanto tiempo y puede que haya veces que me mate pensar que tienes razón.
Pero ahora, en este preciso instante no puedo decirte si tendremos un largo futuro por delante o si esta relación está condenada al fracaso. Solo puedo decirte que te quiero, que eres ese soplo de aire fresco que me renueva, esa chispa que hace que mi fuego no se apague, esa luz que consiga guiarme hasta donde tenga que llegar. Esa vida que me merezco tener aunque se vaya tan rápido como llego. Necesito sentirme segura en tus brazos, sentir el calor de tus labios y escucharte decir que soy lo mejor que te ha pasado nunca, que me quieres como a nadie y que no dejarás que nadie me haga daño, y menos tú.
Yo, nunca dejaré que nada ni nadie nos separe. Te lo prometo.

Sin palabras.

 No me estoy volviendo loca. Lo que oigo es mi sangre, bombeada por el corazón recorriendo cada parte de mi cuerpo sin pararse ni un solo instante. La verdad es que no tengo palabras que cuenten historias. Ni estúpidos motes que saquen sonrisas. Puede que algún momento que me recuerde algo maravilloso, pero demasiados tristes que intentan borrarlos. Tampoco tengo algo tan especial que me haga magnífica. Quizá me desanimo cuando veo que llego a tocar mi sueño con la punta de los dedos y caigo al vacío sin mas amortiguador que las nubes que acabo atravesando. 
 Claro que he cometido errores, que me han ayudado a no volver a equivocarme. Y también puede que haya crecido a la vez que madurado.
 Lo que intento decirte, a ti, que estás desaprovechando tu tiempo y me lo estás regalando, que a veces me canso de ser la chica perfecta, de las mil soluciones y de la que pone al mal tiempo, buena cara. Quiero cometer tremendos errores, disfrutar de la vida sin mirar las consecuencias. Por una vez, quiero sentirme viva. Quiero que esa sangre que corre por mis venas, se llene de la adrenalina de algo peligroso. De algo que me arrepienta a la mañana siguiente y mi único recuerdo de la noche sea esta tremenda resaca, que me impide incluso escuchar el más bello de los sonidos.
 Quiero ser imprudente, peligrosa e incluso insensata. Quiero que me recuerden por algo tan impresionante que les haga temer y reír a la vez.
 Algo que marque sus vida y que le de color a la mía.
 Algo que me haga sentirme viva.

Más que una ilusión, un sueño.

Ya huele a Primavera.

Todo me parece precioso con esa melodía sonando a nuestras espaldas.
No se que esperas de mi. Puedo decirte que soy..¿Normal? ¿Del montón? Si, bueno, no tengo mucho que ofrecer al mundo a parte de lo que todo el mundo tiene. 
No tengo una voz que haga erizar la piel de nadie, ni una mente prodigiosa. Tampoco tengo grandes cosas.
Pero puede que tenga algo que le falte a mucha gente: Sueños, ganas de vivir, ganas de amar. 
Sí, en el fondo si tengo algo diferente a los demás.
Me muero por besarte y compartir contigo todo lo que me sobra y tanto falta en el mundo.

Y el tiempo se paró en aquel beso.

¿Quieres saberlo?

Más te vale que salgan palabras dulces de tu boca,
para cuando te toque tragártelas. 

"No es más fuerte el que más fuerza demuestra, sino el que la guarda para cuando debe usarla."

Esclavos de nuestras palabras.

Llegará un momento en el que tengamos que apostar todo a cara o cruz.
Que tendremos que elegir entre la vida real y tus sueños.
En el tengamos que tengamos que dejar de lado todo  por lo que siempre luchamos.

En el que la sociedad nos controle hasta tal punto en el que seamos asquerosos títeres manejados por ella a su antojo.
Cuando llegue ese momento, alzaré mi voz y gritaré:

Nota para el futuro.

Sé feliz. No busque el amor, él te encontrará a ti. Quiere a esos que siempre están a tu lado. No te olvides de tus sueños y de creer en un mundo mejor.
Intentar cambiar el mundo y ama sin reservas. Imagina a tu príncipe azul sobre un caballo blanco viniendo hacia ti.
Sonríe. Sonríe ante todo.

CARPE DIEM.

Solo seguir buscando.

Desde que me marché de este lugar hace diez años, todo sigue en su sitio. Como si el tiempo no hubiese sido tiempo.

La cama revuelta, la persiana bajada y ninguna rendija de luz que se cuele. 
Este olor a olvido y a sueños rotos me ha golpeado en la cara como un puñetazo por haber olvidado lo que era. 
La verdad, es que me lo merezco. Preferí volver a nacer, crearlo todo desde cero y dejar en el pasado todo con lo que siempre soñé.
Ahora incluso me parece ridículo. Ya ni recuerdo el motivo por el que decidí morir como persona y nacer como juguete de una asquerosa sociedad.
Abro el primer cajón de la mesilla. Siento como un segundo puñetazo me golpea de nuevo. Allí están todas las fotos. Esas personas que fueron la esencia de mi vida y ahora están por el mundo siendo felices. 
He de reconocer que no se quien es esa chica sonriente que sale en todas las fotografías. ¿Yo era así? Entonces ahora debo de dar asco.
Claro, solo hace falta mirarme en el espejo y saber que me dejé llevar, que no supe cuando debía callarme y cuando hablar. 
Ahora todo se magnifica. Todo me abruma. Siento como poco a poco voy haciéndome pequeña, diminuta.
Me limito a cerrar la puerta, al salir de allí. Bajar corriendo. Necesito aire, siento como me ahogo. ¿Y abajo? ¿Qué se supone que debo hacer? Quién sabe.