sábado, 3 de septiembre de 2011

There where you are, I will find you.

Ya son las nueve y empieza a anochecer. Las nubes negras siguen ahí. Esta noche lloverá fuerte. Será una de esas tormentas que arrase con todo lo que pille.
Habrá relámpagos, truenos..incluso granizará.
Una tormenta que me hará reflexionar, que quizá no me deje ni dormir.
No descarto la opción de que llueva hasta que amanezca, y que incluso no cese hasta bien entrada la mañana.
Tengo la sensación que esta tormenta sea hasta capaz de cambiarme. De torcer mi camino, o encarrilarlo de nuevo. Estoy en un punto en el que si me quedase sola, me perdería entre la multitud de gente que camina a mi lado. Totalmente desconocida. No entiendo porqué, mi corazón me dice que hay algo que nos une, al mundo y a mi.
Suena irónico. Millones de personas, cientos de tormentas, y que justo ésta tenga que cambiarme a mi. Como si el destino solo se hubiese centrado en mi. En conseguir que fuese por una vez totalmente feliz, o me hunda del todo.
Aquella gente, eran como estrellas fugaces. La primera y la única vez que las vería. Quizá nos tropezásemos dos veces más. O tres. 
O puede que alguna de esas estrellas se aferrase a mi, y trajese consigo a la persona que me regalaría la felicidad durante el resto de mi vida. 

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