lunes, 25 de julio de 2011

Mañanas tintadas de sangre.

Stop. 

Necesita parar. Espera. Vuelve hacia atrás. Rebobina. Calla, ahora piensa.
Vale. Ahora. Ya estoy lista. Sí, venga, suelta todo lo que quieras decir sobre mí. Adelante, dilo todo. Sin tapujos.
Grítalo a los cuatros vientos. Di que todo esto solo fue una mentira. Venga, no tengas miedo. Afirma que jugaste conmigo, que solo buscabas hacerme daño.
Mis dedos arden por escribir todo lo que me soltaste sobre esto. Cada vez se me mueven más rápido. No puedo hacerlos parar.
¡ VENGA !
¿Dónde te has dejado todo ese orgullo? ¿Qué piensas hacer ahora? No puedes ocultar las señales que tus manos han grabado en mi cara. Ahora tengo todo el cuerpo marcado, con un "ME PERTENECE".
Pues no, te equivocas. No pienso callar. No soy tuya ni de nadie.
Ahora no puedes solucionarlo con un te quiero. ¡NO!
Tú nunca me quisiste. Viste que era débil y te aprovechaste de mi inocencia. De que era un cría. Que no tenía las ideas claras y que era vulnerable.
Sé un hombre por una vez en tu vida y confiesa todo lo que me hiciste.
Vamos, no seas cobarde. Entiende que es mi turno. Ahora me reiré de ti. me burlaré de todo el perdón que quieras que acepte.
Te daré el merecido que mereces.
Pienso vengarme. Tú fuiste el que me enseñó a no quedarme de brazos cruzados.

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