domingo, 5 de junio de 2011

No podrán impedir que consigamos nuestro sueño.

No estoy sola. Somos un grupo. Somos muchos, pero estamos unidos, que es lo que cuenta.
Sé que puedo confiar en ellos, en todos, no me delatarán si la cosa pinta fea o se complica.
¿Sabes que es lo mejor de todo? Que no nos hace falta un lugar en el que poder ensayar, tenemos la calle. Sí, podemos hacerla nuestra con tan solo un poco de imaginación y permanecer juntos, unidos, sin cosas que intenten separarnos.
Esto es casi pasado, aunque todavía continue en el presente. Para algunos acabará, para otros puede ser ese futuro impredecible que veían nublado.
Puede convertirse en más que un simple taller de teatro de unos chicos de instituto. Puede haber un cambio brusco y pasar de querer ser toda la vida algo a esto, totalmente diferente, opuesto.
Yo he tenido la oportunidad de descubrir a personas que quizá, fuera de aquí hubiese sido imposible y me siento afortunada por haber tenido un poco de suerte y junto a diecinueve personas y nuestra mama del grupo, poder enseñarle a gente esto. Nuestro trabajo. Nuestra obra. Esta que nos ha costado tantos dolores de cabeza, algunas lágrimas, discusiones, disgustos, nervios, tardes y momentos inolvidables.
Ahora sí podemos decir que hemos trabajado duro por conseguir esta meta. Intentar sacarle una sonrisa a nuestro público, intentar emocionarles como nosotros hemos llegado a estarlo encima del escenario, intentar pedir ayuda y que de alguna forma pudiesemos recibirla.
Nuestra recompensa es que el año que viene esto continua, que todavía quedan algunos años más, y que podrá bajarse el telón, podrán apagarse todos los focos, pero tengo seguro que yo, y mi grupo seguiremos ensayando.

















Gracias por enseñarme algo tan maravilloso como esto.

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