Millones de cosas y nada a la vez.

Pienso surcar mil y un mares y no quedarme con ninguno.
Voy a besar cientos de bocas y en ninguna sentiré lo que tú consigues.
Tengo claro algo. O quizá no tenga nada.
Puede que empiece hablando de esperanza, y acabe con la palabra imposible.
Soy capaz de odiarte con toda mi alma, pero quererte con todo mi corazón.
Tengo una sonrisa en la cara, y por dentro solo veo oscuridad, lágrimas, dolor y sufrimiento.
Da igual lo que diga, no tiene la más mínima importancia.
Para el mundo puedo ser una infantil, inmadura, que no sabe de lo que habla, pero puedo demostrar que quizá tenga las cosas más claras que alguien que simplemente lleva más tiempo en vida.
Yo misma tengo dos caras. Géminis. Ese signo en el que supuestamente son dos gemelos los que lo representan.
Más bien, yo diría que son dos caras totalmente opuestas. La noche y el día. Un ángel y el mismísimo diablo. Cara y cruz.
Como la bipolaridad.
Algo que no tiene sentido. Como la similitud que hay entre un loco de manicomio y la persona más cuerda de este mundo.
Quizá no sepa explicarme. Quizá todo el mundo lo entienda.
Bipolar.. aquella persona que ama y hace daño. Que le gusta lo dulce y lo amargo.
La sal y el azúcar. El invierno y el verano. El Norte y el Sur.
Guárdalo todo. Quizá lo necesites en un futuro. O puede que dentro de un tiempo no sirva nada más que para darte calor en la hoguera, una noche de frío.